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El principio fundamental de la osteopatía es el de la autocuración. Según Andrew Still, el “padre” de la Osteopatía

El principio fundamental de la osteopatía es el de la autocuración. Según Andrew Still, el “padre” de la Osteopatía, el cuerpo humano es un sistema capaz de autorregenerarse, lo que le permite a su Osteópata identificar los factores que están bloqueando este sistema de autorregulación, reequilibrando sus tejidos (articulaciones, músculos, fascias ), ligamentos, vísceras, tejido nervioso, vascular y linfático).

 

Según los principios y leyes de la Osteopatía, cuando empezamos a enfermarnos oa tener síntomas, es un indicador de que nuestra capacidad para mantenernos en equilibrio está desregulada por algún motivo. Así, en la consulta de Osteopatía buscamos encontrar y tratar la causa principal del desequilibrio y no los síntomas, porque cuando todas las partes del cuerpo están en armonía hay salud, cuando no hay armonía hay enfermedad.

 

El Osteópata, a través de una visión global y holística, evalúa las interacciones entre los sistemas neuromusculoesquelético (osteopatía estructural), visceral (osteopatía visceral) y craneal (osteopatía craneal), logrando encontrar la verdadera causa de tu problema, permitiéndote restaurar el equilibrio de tu cuerpo.

 

Desde el nacimiento hasta el final de la vida, todos los seres humanos pueden beneficiarse de tratamientos osteopáticos, adaptándose a todas las etapas de la vida. La osteopatía es una terapia rápida y eficaz en el tratamiento del dolor agudo y crónico, siendo apta para personas de todas las edades.

 

La osteopatía se puede dividir en dos grandes áreas: la osteopatía en adultos y la osteopatía en niños. Tanto la osteopatía del adulto como la osteopatía del niño abordan 3 sistemas principales: el sistema neuromusculoesquelético, el sistema craneal y el sistema visceral.

 

Aunque muchos asocian la Osteopatía exclusivamente con la terapia manipulativa (técnicas de empuje) del sistema musculoesquelético, las técnicas osteopáticas están dirigidas a cualquier tejido: músculos, articulaciones, órganos o nervios. Dependiendo del cuadro clínico y de la valoración del Osteópata, la Osteopatía se puede asociar a técnicas muy suaves como técnicas craneales o viscerales, por lo que el tratamiento se puede adaptar a cada cuadro clínico.

 

La osteopatía, al actuar sobre los diferentes tejidos del cuerpo humano (cráneo, músculos, fascias, articulaciones, órganos o nervios) permite la movilidad y libre circulación vascular y afluencia nerviosa, permitiendo cambios articulares, orgánicos y funcionales, que directamente o refleja reacciones fisiológicas que permiten la homeostasis de tu organismo, mejorando así tu estado clínico, especialmente en relación a tu dolor.

 

Lo que diferencia a un Osteópata de otras terapias es, sin duda, la profundidad de su valoración y su enfoque holístico y global de su estado de salud, permitiéndole mejorar su salud estructural y funcional.

 

A través del equilibrio de los diferentes sistemas, el osteópata no sólo elimina el síntoma o las consecuencias de su problema, va un poco más allá y pretende corregir todos los factores que están debilitando su estado de salud.

 

En Integrativa, todos los Osteópatas comenzaron su andadura en la carrera de Fisioterapia y posteriormente completaron una formación de 5 años en Osteopatía en la Escuela de Osteopatía de Madrid (EOM). Es el hecho de combinar estas dos áreas lo que nos permite profundizar en nuestra valoración, marcar la diferencia en nuestros tratamientos y actuar de forma preventiva. Si por un lado la Osteopatía analiza y trata la estructura, porque de ella depende la función, por otro lado la Fisioterapia analiza esa misma función y la trata a través del movimiento. Así que nada se deja al azar.

 

Después de todo, debe buscar un osteópata cuando tenga:

Lesiones traumáticas;
Dolor o malestar sostenido en el tiempo (patologías crónicas);
Dolores de cabeza, dolor de cuello o rigidez en el cuello;
Dolor de pecho, abdominal o de espalda;
Compresiones nerviosas con cambios de sensibilidad o dolor en brazos y manos, en el caso de los miembros superiores, o ciática, en el caso de los miembros inferiores;
Dolor articular sin origen definido, como en hombros, caderas o rodillas;
Dolor persistente después de lesiones, como esguinces o lesiones musculares.
Cambios digestivos, como acidez estomacal o estreñimiento;
Entre otras.

¿Alguna vez has puesto un osteópata en tu vida? El Osteópata sin duda será un buen aliado en la promoción de tu salud. Si quieres saber más sobre la intervención del Osteópata pregúntanos en los comentarios

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